Entendemos la educación como un proceso integral con la mirada puesta en todos y en cada uno de nuestros alumnos en un ambiente emocionalmente significativa e intelectualmente desafiante. Creamos las condiciones para que todo nuestros alumnos gocen de trayectorias educativas cuidadas que respeten sus ritmos y necesidades, donde se les brinden contenidos significativos, que puedan aprender disfrutando del conocimiento y que logren aplicar lo aprendido a nuevas situaciones. Arbitramos todos los medios para que nuestros egresados sean personas críticas, humildes, respetuosas, solidarias; que cuenten con todas las herramientas necesarias para poder desenvolverse en un mundo tan cambiante como en el que vivimos hoy.

Trabajamos incansablemente para ser:

• una escuela pesebre que vea en el otro una presencia sagrada a descubrir, que no juzgue ni critique, sino que cobije, ampare a todos por igual e incluya…
• una escuela samaritana que sea capaz de acercarse y acompañar en su camino a todos los que la transitan…
• una escuela profeta que anuncie la solidaridad y el amor cristiano...
• una escuela proyectada que sueñe y se interpele acerca de su lugar en el proyecto de Jesús.